Corrido
Pero hubo una muchacha
de por medio. La Plazuela
de Ameca es tránsito
de carretas. Y las ruedas muelen la tierra de los baches, hasta hacerla finita, finita.
Un polvo de tepetate
que arde en los ojos, cuando
el viento sopla. Y allí había,
hasta hace poco, un hidrante.