Javier es un niño de catorce años a quien no le gusta jugar futbol, ni los videojuegos, ni las luchas; pero le encanta la música, es violinista y estudia cuatro horas diarias en la escuela de música.

A Javier en realidad no le gusta hablar con nadie porque le da miedo que lo critiquen o se burlen de él, prefiere no meterse con nadie y leer en la biblioteca o escuchar música. Es un jóven muy serio y tímido.

En su salón hay un grupito a quienes no les agrada Javier, pues dicen que no pueden hablar de nada con él, sólo de música clásica y de violín; además, dicen que su vestimenta está pasada de moda, así que lo molestan y le ponen apodos.

Javier se la pasa muy mal en la escuela, nadie quiere ser su amigo o amiga.

Hace unos días, unos jóvenes y jovencitas del salón le quisieron arrebatar su iPod, al tratar de impedirlo, su atacante lo empujó y Javier se pegó en la cabeza con la esquina del escritorio por lo que tuvo que solicitar atención médica.

Los compañeros que lo atacaron querían molestarlo porque les caía mal que fuera tan “raro”. Ahora, Javier no quiere regresar a la escuela.