El Imperio bizantino dejó de existir después de casi
mil años de duración.
Constantinopla y el Imperio en su conjunto se encontraban en decadencia desde el siglo XIII.
Las rutas comerciales que unían a Europa con Asia quedaron bajo el control de los otomanos.
Debido a que en Constantinopla se practicaba el cristianismo ortodoxo, los reinos católicos no la ayudaron.
Diez mil soldados defendieron Constantinopla, mientras que ochenta mil otomanos la atacaron.
Numerosos sabios griegos, originarios de Constantinopla, huyeron hacia las ciudades italianas y llevaron consigo
el conocimiento de los autores clásicos.