
Cada vez más adolescentes tienen acceso a dispositivos móviles por medio de los cuales participan en las redes sociales. En un estudio realizado por “IAB México”, se reveló que el uso de teléfonos inteligentes, para entrar a Internet, ha incrementado considerablemente entre los adolescentes (35%).

Un riesgo de las redes sociales es que publicamos nuestra vida privada, perdiendo el control de ella. Coincido con Andrew Keen, autor de Vértigo digital, quien dice: “El impacto de Facebook en nuestra privacidad es profundamente preocupante. He argumentado que todo esto de compartir es una trampa, diseñada para abrir de golpe nuestras vidas.”

Varios de mis alumnos son muy hábiles en el manejo de la tecnología; además de participar en una red social en la que promueven diferentes actividades de participación ciudadana para los jóvenes, tienen un blog en el que publican creaciones literarias, musicales y de diseño.